Análisis de la temporada

La temporada deportiva ha tocado a su fin. No la institucional (mucho trabajo de directiva estos dos próximos meses) ni la social (aun nos queda ir a Bilbao a ver la final de la Champions Cup, los sevens de verano y por supuesto, el dia del CLUB). Así pues, hagamos balance de lo que ha sido esta temporada.

ESCUELA

Primer año, año de aprendizaje y de conocerse, de desarrollarse, no sólo los chicos sino también los entrenadores, y de que el club apueste por ello, siendo aún muy jóvenes y con una estructura que a todos nos gustaría que fuera más robusta, pero donde faltan medios se rellena con ilusión y dedicación. Adrián, Andreaa, Luzía, José, Héctor, los Ivanes, y Erik, son los pioneros de nuestra escuela, y esperemos que en unos años, estén formando parte de los equipos sénior, pero sobre todo, esperamos que se diviertan y que disfruten todo lo que el rugby conlleva. También esperamos que el año que viene, más chicos se unan y haya un grupo más grande con el que poder aprender más y mejor.

No podemos olvidarnos de que detrás, aún más detrás del trabajo de los entrenadores, ha habido un trabajo organizativo y voluntario por parte de quién ha coordinado todo ello, y de los que han ido  cole por cole, sacrificando mucho tiempo para plantar unas semillas que costará que germinen.

FEMENINO

El resultado deportivo es idéntico al del año pasado, terceras, empatadas a puntos en la clasificación con las segundas. Sin embargo, no es justo decir que haya sido una misma temporada, o que no hayan crecido. Se encontraron con un grupo casi nuevo, con jugadoras que algunas venían del Rector, pero otras lo descubrían este año, y por contra, había lesionadas de larga duración o erasmus, que el año pasado eran pilares importantes del equipo. Pues bien, con todo, han hecho una temporada de menos a más (en la ida se perdió contra Quebranta o Soria, mientras que en la vuelta se les ganó). A destacar, que hayan sido el único equipo que ha derrotada a las campeonas de la Liga, por lo que es claro que pueden jugar de tú a tú, a cualquier equipo.

No íbamos a olvidarnos de que sus entrenadores tienen gran parte de «culpa». Mucha dedicación ha habido por parte de Roberto y de Andreu (nuestros saludos esperamos que lleguen hasta el Líbano!). Han creado un esquema, han mejorado enormemente la defensa, y han establecido roles más identificativos en cada una de las jugadoras.

La única pega es que siguen siendo «pocas». Sin embargo, eso puede cambiar de cara al año que viene. Habrá bajas (erasmus, MIR…) pero parece que volverán las lesionadas y erasmus, y por supuesto, esperamos que alguna chica más del Rector (pero también fuera de él) se sume a la familia del Equipín. Los lazos rojiblancos están esperando a las debutantes.

MASCULINO

Si hemos hablado de que el femenino ha crecido con respecto al año pasado, aunque ocupase la misma posición en la tabla, tres cuartos de lo mismo podríamos decir del sénior masculino. La diferencia es la sensación. El año pasado, peleabas el partido a un «grande» y salías con victoria moral. Este año, se sabía que se podía ganar, y se ha estado a punto en muchos partidos (Tarazona en el Seminario, Fénix en el último minuto del partido de la primera vuelta, Quebrantahuesos al fnal de la Liga, o los mejores 40 minutos que el equipo ha jugado esta temporada: la primera parte de la ida frente a Universitario en nuestro campo, siendo el equipo que más´puntos le endosó en la ida). Sin embargo, dos partidos fatales, frente a Ejea en la ida, y frente a Gigantes en Tudela (campo maldito para nosotros), no nos hicieron jugar por el play off de arriba, pese a ganar con un ajustado 3-0 al decano de la regional aragonesa. El partido de Tudela nos debe enseñar una lección de humildad. El rugby son 80 minutos de continuo respeto al adversario.

Con todo, el equipo ha mejorado en juego. Gato ha cambiado todo el sistema de entrenamiento. Nos ha mostrado que el rugby es primero jugar de forma inteligente, y después viene lo demás. Identificar espacios en ataque, mirar en frente y no al balón, la recolocación y la presión en defensa, y la comunicación en ambas tareas del juego, sumados a un esquema identificado que los jugadores deben aprender. Si a ello se le añade un desarrollo físico (tarea individual de cada uno, pero que sí se realiza de forma colectiva es más divertida), podrá hacernos crecer con garantías.

Ernesto, que como jugador se ha sabido reconvertir en pilar, ha hecho un trabajo formidable como entrenador técnico de la touch, una faceta del juego que nos provocaba dolores de cabeza. Es verdad que en la otra fase estática del juego hemos bajado, y no advertimos la dominación que teníamos en melé durante la campaña pasada. No preocuparse, se anota en el debe para la temporada que viene y fin.

Al final de una temporada también hay bajas, gente que por motivos laborales o de estudios tiene que dejar de jugar. Ahora bien, nos gustaría que esas personas siguieran unidas al club de la forma que ellos consideren que pueden aportar, no vamos sobrados de gente. Por supuesto, también habrá  altas, y esperamos que haya gente deseosa de reengancharse al equipo y gente de probar a dar el salto. Después de todo, jugar a rugby es mejor con amigos, y cuantos más amigos se unan más diversión entre todos y mejor ambiente para el club.

El objetivo de la temporada que viene sin duda, va a seguir siendo el crecimiento del grupo humano, entendiendo que el crecimiento deportivo debe ser consecuencia de esa causa.

 

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